Y ahora, ¿qué?

Empiezo el 2007 con una conversión. Dolorosa, pero necesaria. Ya soy un ex-capellista convencido. Es más, mi conversión es tan radical, que en dos días, puedo pasar de ex, a anti.

Dos partidos ante dos "súper potencias" del fútbol actual como Recreativo y Deportivo,han servido para que este Madrid supuestamente infalible en los resultados, obtenga la renta que demuestra su fútbol: la de un candidato al descenso. Todos hemos visto jugar al Nàstic, y podemos decir sin ruborizarnos, que lo hace mejor que este Madrid. El proyecto, si es que alguna vez lo hubo, se desmorona. El Madrid de los patapalos, le está pagando a su entrenador con su propia medicina.

Desgraciadamente, esto se veía venir. Aquí, en la cercanía del PPV, todos hemos visto envejecer irremediablemente a Raúl, a R.Carlos. Todos hemos visto como un futbolista como Guti, eterno segundón, ha llegado a liberar la nave gracias al deterioro de los que una vez estuvieron al mando. Todos hemos visto como los niños del Madrid, quieren ser como Iker, porque los demás no sirven como ídolos. Como Ferguson o Van Basten veían que Van Nistelrooy se acercaba al maravilloso mundo del Inserso. Como Parreira sacó a Emerson del once inicial de la canarinha, y hasta Luis se pispó del claro declive Raúl. Todos lo veíamos claro, incluso McLaren con el icono Beckham, todos menos Capello, que cegado por el jamón del Txistu, llegó hasta aquí hipnotizado, sin barrer la basura acumulada. Ahora se la está comiendo.

Y ahora, ¿qué?. Pues si en vez de Capello, fuera otro, hoy estaba en la calle. Míchel con las riendas del primer equipo, la prensa "afín al régimen" cantandonos las maravillas del ex-jugador madridista y las miserias del supuesto centurión italiano, para acabar, otro año más, huérfanos de títulos. Como el que entrena es Capello, todo seguirá igual, nadie se atreverá, o querrá, echarlo, y el final, eso sí será el mismo... año en blanco. Y así un millón de veces más, y millones de entrenadores después, mientras dure el Real Madrid de Raúl & co., los madridistas seguiremos cantando el "Pasarán más de mil años, muchos más...".

Afortunadamente, la primera jornada del año, nos deja cosas agradables. La primera, es que yo, a los 25 años, por fin he descubierto mi auténtica vocación: de mayor, quiero ser Ronaldinho. No hablo de fútbol, si no de lo de ganar pasta a expuertas, y tener vacaciones de niño de colegio. Como creo que ya llego un poco tarde, tengo claro, que el día que tenga un hijo, le regalaré un balón, y pobre de él que le vea yo pillar un libro...

La segunda cosa, no agradable, pero sí cómica y tronchante, es la batalla del molinillo. Esa en la que dos tíos con los huevos negros, montan una escena en medio de un campo de fútbol, intentando pegarse con un estilo, que en natación se conoce como braza. ¿Sanción?. Yo pienso que hay cosas peores en esta vida que dos tíos haciendo el payaso en un campo de fútbol. Por ejemplo, escudarse en no llego a entender qué posible excusa para no hacer un simple minuto de silencio por el asesinato de dos PERSONAS, tal y como pasó el Sábado en Anoeta, y sistemáticamente en los estadios vascos. Si los exaltados no lo quieren respetar, pues que chillen o hagan lo que quieran, pero el club como institución, debería dar un mínimo ejemplo, sean los muertos del bando que sean. Insisto, mucho peor que lo de los dos aspirantes a boxeadores.