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Os dejo aquí mi post de la semana en WMFutbol. Lo escribí el sábado, criticando la campaña mediática blanca, y la panochada del Juntos Podemos. No hacía falta ser adivino para darse cuenta que a los madridistas nos sonaba a tomadura de pelo el invento, y que el Domingo se volvería a rozar el Domingo ante el Nàstic, como luego sucedió.

JUNTOS PODEMOS

Sábado, diecisiete de Marzo. Acabo de leer el diario deportivo de mayor tirada de nuestro país, el Marca. Al finalizar mi lectura, un sentimiento me invade: la indignación.

No sé quién me indigna más, si el que me toma por tonto, o el que se hace eco de la tomadura de pelo, haciéndome sentir más tonto aún. Portada para la conjura del Bernabeu, donde dice la plantilla blanca, que no va a dejar escapar más puntos. Primera parada, el Nástic, un rival que no debería salir del coliseo blanco con menos de tres goles a sus espaldas. Eso cuando el Madrid era el Madrid, y no el chiste actual. Veremos lo que pasa el Domingo.

Primera página para el "Juntos podemos". El enésimo intento de vender humo de la plantilla blanca y su entorno, desde el famoso Roncerismo de la "Cofradía del clavo ardiendo". Todo ello rodeado de etiquetitas de "Confidencial", intentando aportar algo de credibilidad a la enésima conjura estéril del vestuario blanco.

Por si no me sintiese bastante estúpido a esas alturas, lo siguiente que me encuentro es una entrevista con Emerson, posiblemente uno de los peores fichajes de la historia del Real Madrid, y uno de los mayores farsantes que nunca se pusieron la camiseta blanca. Continúamos con intentos de desacreditar a Ronaldo, y de colocar la etiqueta de censurable a todos los que "no se muestren afines al régimen". No doy para más. Cierro el Marca, paso del resto de las páginas, ya me han insultado bastante. A mí, y a mi inteligencia.

Estamos de acuerdo en que el factor psicológico es importantísimo en el fútbol, como bien quedó demostrado con la diarrea zaragocista el día del 'espíritu de Juanito'. Era un solo partido, y dependiendo de la testiculina del rival, podía surgir efecto. El Zaragoza, aquel día estuvo a punto de cruzar la barrera que separa al hombre de las ratas, y la historia, a punto estuvo de funcionar. Pero una cosa es hacer mella en un rival determinado, un día concreto, y otra muy diferente, pensar que los doce rivales que quedan, se van a cagar en los pantalones, por una portada del Marca.

Ya van muchos intentos en los últimos cuatro años de esta decadente plantilla de poner la venda antes de la herida. Aún estoy esperando el anunciado bajón del Barça en las dos pasadas temporadas, para dejar paso a ese Madrid triunfador. Lo de esta plantilla, no es una cuestión de mentalización, si no de capacidad, que evidentemente no la hay.

Intentan engañar al madridismo, porque le tienen miedo al Bernabeu. Saben que las pañoladas van a ser constantes de aquí a final de temporada si el equipo no mejora, e intentan ganar un poco de tiempo con los aficionados madridistas. Que se dediquen a jugar y se dejen de bravuconadas, que no están en condiciones de hacerlo.

El ideólogo, como no, el brillante Calderón, un hombre que no se da cuenta de que nadie le toma en serio, que sus intentos de repetir tácticas, ideas y emblemas de Florentino, le quedan excesivamente grandes. Si Pérez cometió errores durante su presidencia, lo último que necesita el Real Madrid, es a un tipo que no solo copie sus errores, si no que además haga burdas imitaciones de sus aciertos. Señor Calderón, usted no transmite nada más que lástima.

De la entrevista a Emerson, casi que me reservo los comentarios, porque no quiero caer en la fea
costumbre del insulto. Bastante insulta él al madridismo con su actitud y rendimiento, como para rebajarme yo a ponerme a su altura.

Por cierto, y una vez dicho todo esto, creo que el Madrid va a hacer un buen final de temporada, pero no por lo que me cuenten cuatro futbolistas acabados y un diario deportivo que ha perdido completamente el Norte, si no porque me gustó ante el Getafe, no me disgustó ante el Bayern, y estuvo bien ante el Barça. Veremos lo que dura.