Uno nunca sabe como afrontar según que cosas. Cuando esas cosas hacen referencia al Madrid de los últimos años, la mejor forma de hacerlo parece la prudencia. Jugando a futurólogo, diría que mañana las portadas "afines al régimen", nos cantarán las excelencias de Gago, Higuaín e incluso por qué no, Torres. No nos dejemos engañar, o por lo menos, seamos cautos.
Si el Bernabéu fuera la consulta del Dr. House, podríamos decir, que el primer paso está dado, o por lo menos, lo parece. El diagnóstico diferencial es claro, y por fin, marcha bastante bien encaminado. El Madrid comienza el partido sin Salgado, R.Carlos, Emerson, Guti, Beckham y Ronaldo. Al poco, se queda sin Raúl. Por fin, cayeron los que tenían que caer. Se atisba el fin de los patapalos, hoy exclusivamente representados por el goleador Van Nistelrooy. Parece que se cierra el ciclo, un ciclo negro. Volverá R.Carlos, pero no pasa nada, porque la inercia del equipo ha cambiado, y así, hasta R.Bravo se convierte en un correcto lateral, por tanto, Roberto, sin problemas.
¿A qué aspira ahora este Madrid?. Por ahora, y en mi modesta opinión, a lo que le dejen Barça y Sevilla. Los culés, se presentaron en Montjuic sin Eto'o, Messi y Deco (que no se nos olvide) y les cayó la del pulpo. Si les pintas la camiseta de blanco, no hace falta explicar a quién hubiesen recordado. Al Sevilla, le ataca el mal de altura, y parece que no se atreve a ganar la Liga. Los sevillistas pierden crédito, y los culés deben ir a más cuando vuelvan los buenos. Ahora, toca esperar y mirar atrás, donde Valencia y Atleti llegan con fuerza.
Pero volvamos al Madrid. Partido correcto ante un manso Zaragoza. Un Madrid más ágil, lo cual no era muy difícil. Dos más dos, suelen ser cuatro, y si pones a un patapalo, juegas lento. Si pones a un futbolista aún en activo, se suele ver algo más rápido. No parece que Gago e Higuaín sean Redondo y Mijatovic, pero afortunadamente, no son el actual Raúl y Emerson. El Madrid con Gago, vuelve al olvidado 4-4-2, y abandona el 4-2-3-1. Último tren para el capitán Raúl, que debe reclamar su puesto en esa dupla de ataque, y olvidar el medio campo. Que se acerque al área, y veamos si aún vale o no. En el medio campo, seguro que no sirve de nada. Por ahora, y sin ánimo de ofender, su lesión es positiva para el equipo.
Dos partidos no bastan para juzgar a un futbolista, por tanto, al madridismo, se le pide prudencia con los nuevos. Insisto, la parte positiva, no son los que llegan, si no los que se van. Por cierto, digan lo que digan mañana las portadas, la gran noticia de hoy, se llama Diarra, que dejó de ser el compañero de Emerson, para convertirse en el esperado sucesor de Makelele. Ojalá no sea un espejismo. Le vimos en Lyon, y sabemos que no es malo, debe mantener esa línea. El Madrid, no ha sufrido en exceso, para variar, y también caso extraordinario, ha tenido la pelota, y por momentos, ha sabido jugarla (aquí sí, puntito para Gago).
Aún así, jugando un partido muy superior a la media del equipo, se ganó justito, y eso es debido a que al once, quizá le falte calidad arriba. RVN, es un simple rematador (pienso que Capello no ha querido recuperar a Ronaldo, y es una pena), Robinho no quiere, o no le dejan, acabar de explotar, Reyes es limitadito, e Higuaín aún mejorando lo que había, no es un futbolista de primera línea, por mucho que tenga detalles de jugón. Por cierto, sigo sin entender ese vicio de Capello de cambiar de banda a los dos extremos, más aún en el caso de Reyes, que interrumpe gran cantidad de contragolpes blancos al tener que parar su carrera para acomodar el balón en su zurda.
Sin saber el final de esta historia, y aún apostando porque el madridismo vivirá otro año en blanco, pienso que se atisba la luz al final del túnel. No por los que quedaron, si no por los que al fin cayeron.
