Cuando Einstein formuló la teoría de la relatividad, supongo que sabía que estaba haciendo algo grande, porque, no puede haber nada más cierto en esta vida, que afirmar, que todo es relativo.
Si a mí me dicen donde tengo que firmar antes del partido para sacar un empate del Camp Nou, voy de cabeza hasta el fin del mundo para colocar mi rúbrica sobre ese punto que sabría a gloria al madridismo. Dos horas más tarde, tras finalizar el partido, intento calmar mi desilusión pensando, que antes de empezar, este tres a tres me hubiese parecido la panacea.
Hay dos partidos en uno: el primero, de once contra once, es el festival mundial del desbarajuste defensivo. Lo habitual en los de Capello, y algo que parece frecuente en esa defensa de tres que se ha inventado Rijkaard. Como todo en esta vida es relativo, el Barça, suma dos goles en cinco ocasiones clarísimas. Se espera mucho del Barça, y no decepciona. El caprichoso cristal con que se mira, provoca que los dos goles del Madrid en el mismo número de aproximaciones, dos, sea visto como un partidazo de los blancos. No se espera más de ellos.
El segundo partido, comienza con la expulsión de Oleguer. Mención para el arbitraje de Undiano, perfecto. Con un penalty a favor y un hombre más, sólo cabía esperar que la ley de la compensación, llegase antes o después. Nada más lejos de la realidad: Undiano, aguantó el esperado chaparrón del Camp Nou, y dejó que fueran los futbolistas los que decidieran el encuentro. Dirán algunos que el Madrid pudo acabar con diez, pero digo yo, que entonces, el Barça también pudo hacerlo con nueve.
Volviendo al fútbol, tras la "exhibición" de "Rafa No me Jodas" Oleguer (penalty y expulsión), el Madrid, vuelve a ser el Madrid de los últimos minutos de partido ante el Getafe, y algunos ratitos sueltos en Munich. Circulación rápida de balón arriba, y llegada, mucha llegada ante un rival KO. Los cánticos de "así gana el Madrid", resuenan en el Nou Camp, y los madridistas, recuperamos esa sensación que ya casi ni recordábamos; el orgullo de saber que la historia nos avala, la satisfacción de sentir la impotencia del rival, oler la carnaza, sentirse superior al resto. Eso, que una vez fue costumbre, y ahora ya ni recordamos. Pero aún faltaba matar.
Y estábamos arriba, pero no matábamos. Y Van Nistelrooy, que firmó su mejor partido como madridista, las tenía y no las metía, e incluso, abusaba de chupón en un par de jugadas claras, y las sensaciones iban cambiando, porque en esta vida, y no es por repetirme, todo es relativo. Y esa sensación efímera de superioridad, se fue transformando en un "se ve venir que nos la clavan", como un equipito de segunda fila, acabas apelando a eso de que el que perdona lo paga, y justo cuanto más duele, lo acabamos pagando.
La dura realidad, dice que el Madrid, ya se ha despedido de la Liga, era algo esperado antes de empezar (realmente lo esperábamos desde la jornada tres), pero lo jodido, es que por una vez, esta gran mentira que pretende parecer un proyecto serio, estuvo a punto de ser verdad. Con mucha Liga por delante y a dos del Barça, con goal-average a favor, se permitía soñar. La enésima facilidad defensiva, esta vez en el último minuto, nos vuelve a dejar con el culo al aire.
Abusando de tópicos, podemos decir eso de que "más dura fue la caída". Aún resuenan los petardos en Barcelona, pero no tengo claro quien los tira, un merengue, o un culé. Tal vez sea el agente de Messi, el primer sucesor de Maradona auténtico, el crack de la noche, aunque por una vez, déjenme felicitar al áritro, Undiano "el valiente" Mallenco.
Mis notas del clásico:
Matrícula de Honor: Para Undiano Mallenco. No debería ser noticia que un arbitraje sea correcto, consecuente y valiente, pero desgraciadamente, lo es. Pitó lo que creyó, y acertó, con mucha personalidad, y sin dejarse influir por el ambiente.
Excelente: Para Leo Messi. Ya sé que muchos reclamaréis para él la matrícula, pero veréis como con el paso del tiempo, queda demostrado que es más fácil que Messi de una exhibición, a que unarbitraje sea correcto.
Notable: Casillas, que también pudo ser excelente, pero él solo no puede con todos. Horrorosa la defensa blanca, de nuevo sin Cannavaro ni R.Carlos. La zaga blanca, formada por cuatro futbolistas españoles (de esos que tiene bula para la prensa), volvió a ser patética.
Bien: Diarra, que comenzó desorientado, y acabó merendándose él solito al medio campo azulgrana, y Guti, que durante muchos minutos, estuvo en plan Gutiérrez, jugando como sólo hace muy de vez en cuando, y provocando los centrocampistas blaugranas, rozase la segunda amarilla con bastante frecuencia.
Suficiente: Van Nistelrooy, que hizo dos, pero perdonó tres. Yo me sé de uno que ayer se hubiese hinchado (mi gordo me lo robaron de noche mientras dormía, ¿dónde estará mi gordo?). Otro cinquillo para Thuram, que comenzó horroroso, y acabó abortando él solito todos los ataques del Madrid.
Insuficiente: Para Rijkaard, porque su equipo por momentos, fue una chirigota en manos de un Madrid, al que este año, en juego, ha bailado hasta el Nàstic. Y otro para Capello, al que no voy a negar, que ha conseguido, tras muchos meses, que el equipo se suelte un poquito en ataque, pero que está fracasando estrepitósamente en lo suyo, la defensa.
Muy deficiente: Oleguer. Penalty de libro, y expulsión tan clara como innecesaria y estúpida.
Fotos: Marca.com
