Acababa de llegar a casa, no iba ni a ver el partido, pero decidí aferrarme a no se qué espíritu y probé fortuna. Pum, 1 - 0, Cicinho. A ver si va a ser verdad.
El Bernabeu estaba tremendo, cualquier madridista habría matado por estar ahí esa noche, la gente cantaba y... ¡pam! 2 - 0, Robinho. No puede ser, total van dos de dos, es imposible mantener ese porcentaje, el Zaragoza espabilará, 3 - 0 Ronaldo. ¡¡¡¡Minuto 10!!!!. Lo reconozco, el espíritu Ferreras (como dice Perarnau en su blog), me acababa de "evangelizar", recuperé la fe en el madridismo y vi más que factible la remontada.
El Madrid decide aflojar, y no me parece mal, ¿no debe el Madrid ser capaz de hacerle dos goles a cualquier equipo del mundo en 80 minutos en el Bernabeu jugando a su ritmo?. Yo creo que sí. Y así llegamos al descanso.
A la vuelta del vestuario, el Madrid sigue a su ritmo y el Zaragoza estira un poco más sus líneas, Ewerthon empieza a meter miedo, y la remontada se me antoja complicada...Roberto Carlos, el cuarto. Me tengo que volver a callar, pues estoy quedando en evidencia conmigo mismo. Repaso la lista de goleadores y decido motivarme a mi mismo, han marcado los 4 brasileños, seguro que Baptista hace el quinto, (ya sé que hay que ser muy tonto para creerse eso, pero más difícil me parece clavar 3 goles en 10 minutos).
Los minutos pasan y el Madrid no marca, pero yo sigo con mi confianza en el quinto brasileño, hasta que caigo en un detalle: ¡Baptista ya marcó en la Romareda!. Definitivamente, estamos sentenciados.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Ayer escuché el partido por la radio mientras veía en la tele el Liverpool-Arsenal. Llegó un mensaje, tras el 4-0, que decía que "o marcaba Baptista o no marcaba nadie". Y pensé lo mismo que tú: Baptista ya marcó en la Romareda. Si fuese madridista pensaría aquello de "Maldiro destino".
Publicar un comentario