Una de clásicos

Estamos a un día del gran clásico de nuestra Liga. Esta vez no nos lo han podido vender como el partido del siglo, porque la diferencia entre ambos equipos es abismal, y el resultado es practicamente intrascendente para el desenlace del campeonato.

El partido acabará como el Barça quiera que termine. Si salen con sangre en los ojos, el vendaval puede desembocar en una sangría histórica, para un equipo que volverá a jugar partido en dos (parece ser que Gravesen no juega, con lo que el equilibrio en el medio campo blanco se va a hacer puñetas). Y ojo, que como Guti no llegue a tiempo, entra Raúl, lo que demuestra de nuevo, que las alineaciones en la casa blanca no se rigen por el más mínimo criterio deportivo. ¿Qué tiene que ver un medio centro con un delantero?. Pues nada, solo nos queda rezar por que estén pendientes del Benfica.

Pero este no va a ser el único clasico que nos espera en los próximos días. La Euroliga nos ha regalado un estelar cruce de cuartos. El Barça - Madrid, por un puesto en la Final Four, es un regalo para todos los que amamos el baloncesto.

Entrar en la Final Four, convierte una temporada en todo un éxito (ganarla ni te cuento), y por una vez, déjenme ser optimista y apostar por mi equipo. Tenemos el factor campo en contra, pero de verdad, que veo a este Madrid capaz de ganar un partido en el Palau.

Un día de inspiración de la tripleta Rakocevic - Bullock - Scales, y tendremos mucho camino andado. Además, parece que el maestro Maljkovic le tiene comida la moral al alumno Ivanovic (final ACB, Copa del Rey...). No sé por qué, pero me fío de mi equipo.

Según han quedado los cruces, esta sería mi Final Four:

Real Madrid, CSKA, Maccabi, Panathinaikos (que mala suerte tuvo el Tau con el cruce).

Sería una fiesta increíble para el baloncesto, con los históricos del baloncesto continental de poder a poder. Para los que no estén muy puestos en el tema, ¿se imaginan unas semifinales de la Champions con Madrid, Milán, Liverpool y B. Munich?. Impresionante, ¿verdad?.